Eccemas, picores, descamación… a veces no sabes si reír o llorar, yo igual. Un día es que te pica mucho la cabeza, otro tienes la parte trasera de las piernas llenas de ronchas o la cara hecha un Cristo.
Si te pica, pues te rascas (pero flojito).
Aquí no vas a encontrar milagros, pero sí experiencias reales sobre dermatitis, porque en 30 años me ha dado tiempo a vivir unos cuantos brotes (y otras desgracias)